“Quiero montar una óptica pero simular que estamos en una antigua fábrica”. Esas fueron las primeras palabras de mi cliente cuando quedamos para tomar un café y hablar del proyecto. Las palabras óptica y fábrica hicieron que mi mente comenzara a hervir, e incluso antes de que termináramos ese café, yo ya tenía el proyecto en la mente.
Otra forma de vender gafas. El cliente me planteó una idea innovadora de cómo vender gafas en un ambiente cómodo y relajado, como si el usuario estuviera en su casa, y rodeado de esos elementos decorativos que marcan la diferencia.
Hierro, madera, ladrillo visto, colores petróleo, papeles pintados… Nos queríamos alejar el concepto clásico y aburrido de óptica, así que con la palabra “fábrica” grabada en mi mente, me puse a buscar materiales. Hierro, madera, ladrillo visto, colores petróleo y negro, molduras fantásticas y papeles pintados. Todo ello aderezado con el mobiliario y la decoración de Casa Pastor, un referente en el mundo del interiorismo desde hace más de 30 años, y que ha sabido reciclarse para ofrecer productos diferentes de primera calidad.
El resultado no ha podido ser mejor. Hemos creado, en el corazón de Gandia, una óptica donde apetece entrar para disfrutar no solo de un producto genial a unos precios de infarto, sino también de los libros de arte y de la decoración que nos transportan, sin darnos cuenta, a las calles del New York más chic.